Fue amor a primera vista. No me importaban sus defectos, podría vivir con ellos, ya vería la manera de sobrellevarlos.
Tampoco hice mucho caso al que dirán, que la gente opine, hable; las palabras se las lleva el viento, lo que queda son las impresiones, las imágenes.
No enfrenté la realidad, no quería verla y es que el amor por aquellos zapatos rojos, que me sacaban ampollas, con tacón incómodo, con horma apretada me cegaba. Qué lindos eran.
5 comments:
Conozco esa clase de amores, que dejan marca, que dejan huella, pero es un amor irrefrenable...
loco, loco de atar ¿o debería decir loco de andar?
Encontré un comentario tuyo en blog de alemama y me llamó la atención tu nick...
Saludos
Siempre podemos sacrficarnos por el calzado, una de las reglas básicas de Carrie Bradshaw jaja
Los zapatos y las mujeres, es una condición que jamás entenderé...
Yo, extraño la época en que podía ir de huaraches a todos lados y nadie me decia nada...
¡aDios!
JAJA!
yo me enamoré de un jersey y ahora al ver las fotos pienso...¡El amor es ciego!
muy bueno el post!!
El amor por el calzado... aaaahh..
es inevitable. También extraño esos días de huarache y jeans en la facultad de filosofía.
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