Jul 31, 2020

Las hormigas de Yaya.

En casa de la Yaya había tranquilidad y armonía. El jardín parecía ser el centro y fuente de esta paz. En él, había lavandas que transmitían su aroma con la brisa del viento que las agitaba, mientras las abejas zumbaban pacíficamente, acompañadas por el alegre trino de los pájaros que llegaban de visita a los grandes árboles. Crecían también mandarinas y limones. Su planta "huele de noche" y las bugambilias eran la envidia de todos. Tenía también una zona de cactus con todos los tipos de cactáceas: redondas, alargadas, con espinas cortas o largas, etc. En pocas palabras, Yaya había trabajado y logrado un magnífico jardín.

Pero todo esto estaba por cambiar, cuando aparecieron ellas, tan pequeñas e inofensivas. Yaya no se sintió amenazada. Empezaron de a poco, comiéndose la pequeña planta que crecía en la primera maceta de la entrada. Pero las hormigas son voraces y trabajadoras, una combinación admirada por muchos, lograda por pocos. Trabajaban 24 horas los 7 días de la semana y venían en cantidades industriales. La laboriosidad se encarnó en las hormigas que habían llegado a invadir el jardín de Yaya. 
Así, después de la planta de la maceta, terminaron con la bugambilia y no contentas con eso, empezaron a devorar el "huele de noche". 

La Yaya tuvo que convertirse en la cazadora de hormigas más feroz que se haya visto. Lo intentó todo: insecticidas, mezclas de cal y veneno, buscaba con ahínco los hormigueros para acabar con ellos. 
En cuanto alguien decía "¡Hay una hormiga!", inmediatamente la Yaya, cual Superman, se transformaba y con insecticida en la mano, rociaba en dirección a donde se encontraba la susodicha.

Un día, Yaya encontró un hormiguero, y decidió matarlas ahogadas. Abrió la manguera y cual fue su sorpresa, cuando escuchaba que el agua caía y caía, era el hormiguero más profundo que se hubiera visto jamás. Empezó a temer que estos laboriosos insectos, hubieran invadido todo el terreno por debajo de su casa. Y lo siguiente que se llevarían, sería a ella con todo y su domicilio. 

Ante esta amenaza, no le quedo otra opción a Yaya, más que ir a buscar en el mercado negro una solución. Yaya regresó feliz con su nueva mascota. Y así como hay gente que compra gatos porque tiene problemas de ratones, Yaya compró un oso hormiguero.

Fue uno de los días más felices de la vida de Yaya, ella y el oso hormiguero, se hicieron mejores amigos y las hormigas hicieron sus maletas y se mudaron a otros jardines. 

Jul 13, 2020

La fraternidad y el clima.

El amor fraternal parece poco valorado. 

Sin embargo, el hermano es aquel con quien puedes compartir toda clase de climas: 
Días de sol, calurosos con brisa, para llenar el alma de risas; 
Días de lluvia, nublados y con lágrimas, viviendo con los corazones apachurrados; 
Días fríos, nevados y obscuros, odiando el mundo; 
Días de luna llena y estrellas, compartiendo historias repletas de melancolía; 
Días áridos y secos llevando la vida a cuestas; 
Días con probabilidad de lluvia que terminan soleados; 
Días de tormenta eléctrica, cuando parece que nos partirá un trueno en dos.
 
Y aunque cada quien emprenda su vuelo al sol, los hermanos están allí, poniéndote de pie, aunque el mundo no lo alcance a comprender. 

Gracias a la vida por mis 6 hermanos. 
Cada uno especial, como el clima de cada día. 


Jul 7, 2020

Bullet Journal Reloaded

El año pasado me enteré del sistema BUJO y quedé maravillada. Así que de inmediato inicié con el mío. La persona que me presentó el sistema también tuvo la decencia de regalarme mi primer BUJO marca "Leuchturm1917" que después me enteré que es una de las más renombradas.
No cabía en mi de la emoción, el olor de la libreta nueva llenaba mis pulmones. Era como niña que inicia el ciclo escolar, compré plumas de colores, marcadores, estuche nuevo, plumas, estampas. Empecé a practicar el arte del "doodle". Busqué en Pinterest y me obsesioné con el Bullet Journal: le pusé un Mood tracking, Expenses tracking, Future log, Index, mes a mes intentaba que quedará bonito.
Pasó el tiempo y el trajín de los días acabó con todos mis propósitos...


Al final del año mi BUJO se había convertido en un cuaderno de notas más, arrasado por los pendientes, las notas y la vida. Pero hoy, a mitad del 2020 me regalaron un nuevo bullet journal, en esta ocasión, no es una marca prestigiosa, pero está hecho con más amor y personalizado. 


Así que guardaré mi primer BUJO y vamos por el segundo intento, construyendo sobre lo aprendí del intento anterior. Con decisiones nuevas: ahora el motivo principal es que sea mi sistema de productividad y no tanto perderme en que sea creativo y con lettering - ( que nunca se me ha dado).
Por supuesto que incluiré una sección de seguimiento de mi BLOG y ahora de mi podcast. 

¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas? 
Ya les contaré en qué acaba.