Lo pasado en Haiti es devastador. Apoyo plenamente toda la ayuda que se le ha brindado y pueda hacerse llegar al pueblo haitiano.
Sin embargo, reflexiono sobre lo que negamos a los más cercanos: aquella viejita, paralítico o persona con deformidades que piden limosna, los cuidadores de los estacionamientos a quienes no damos propina, el niño de la calle a quien negamos un pan, etc. Ellos no son haitianos pero son más comunes y ordinarios, a lo mejor por eso les ayudamos menos, no están dentro del "altruismo de moda".
5 comments:
Tienes mucha razón, el prójimo etimológicamente es nuestro "proximus". Ayudar y amar a los cercanos ha de ser lógicamente lo primero, lo que es nuestra responsabilidad. También es más difícil. Luego mandar dinero a Haití que buena falta los hace. Eso sí, la gente ve que George Cloney tiene un cerdo vietnamita y van detrás a comprarlo. Tampoco es esa la razón para dar dinero a Haití.
Ya ves cuando me interesa me enrollo.
nos leemos!
Coincido con lo que dices. La frase altruismo de moda refleja exactamente esa idea.
Saludos.
Tu post me recordó a un conocido que tenía este mensaje en Facebook: "Chicos, ayudemos a Haití", pero no pudo ubicarlo en un mapa :S
Que altruista ¿no?
Ayudamos a los de Haití porque nos hace sentirnos parte de algo importante: parece como si el siguiente en echar pesos en la hucha fuera el Presidente Obama, todos estamos en lo mismo.
(Hasta que deje de salir en la tele)
No ayudamos a los casos que citas porque parece que ya no tiene gracia, que ya sería un asunto sólo entre él y yo, algo oscuro, cuando no es así: siempre que ayudamos a alguien somos parte de un Todo, de un Todo militante.
Es que los pordioseros del barrio no lo han sido de un momento aotro, y eso impacta mucho, y, claro, hacer unos actos "altruístas in" dan más brillo y prestigio
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