Salían de la oficina de abogados con el papel en la mano.
Ese valioso documento avalaba que él y ella estaban disponibles de nuevo. Él ya no era de ella ni ella de él, aquel juez lo había dictaminado.
Ella silenciosa. El platicador. Todo es como antes pero no es igual. Sólo es mero trámite, pero que extraña sensación.
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3 comments:
Probablemente hacía mucho que ninguno de los dos era del otro.
Quizá nunca llegaron a serlo, realmente.
Qué post más triste.
Mero trámite si... pero que cambia tantas cosas.
triste tristeza... frecuente por desgracia
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