Navidades.

Ayer caminaba por las calles de polanco y escuché un canto familiar.
Pedían posada a mitad de la calle, con velas, peregrinos y toda la cosa!!!!

Subitamente me encontré con mi abuela en San Pedro El Chico:
Mi primo J. haciendo fogatas con las velas, mi tío G. cantando en la piñata "esa niña fue muy tonta, fue muy tonta, porque no le supo dar, amarremos a una lista, a ver si le puede dar" y yo muerta del coraje por no haber podido quebrar la piñata, ver el despacho del abuelo repleto de piñatas con colores brillantes que pendían de un palo de escoba puesto entre dos sillas y preparadas para ser colgadas, la mesa del comedor llena de aguinaldos con paletones corona y deliciosos dulces (porque eso sí, mi abuela nunca le puso colación, yeak!), el nacimiento de la sala tan completo (con desierto, infierno, miles de pastores, los reyes, miles de animales, tenía de todo) frente al cual cantábamos antes de romper las piñatas, el rezo del rosario cantando mientras recorriamos las calles, mi abuela junto con mi mamá y tías preparando la cena para toda una multitud, la pelea por la fruta al romperse la piñata que en más de una ocasión me costó ser aplastada por la raza y en otra más que me cayera la piñata de barro ocasionándome alguna que otra herida.

Crecí rodeada de todo esto, esperando la navidad con todas sus costumbres y tradiciones, deseo nunca perder esta ilusión por lo navideño.