Sep 16, 2008

Enfrentamientos

Reinaba la obscuridad, el silencio de la noche lo abarcaba todo.
Se escuchaba el aleteo de una palomilla nocturna a la lejanía.
La casa llevaba sin habitantes un par de semanas, a lo mejor meses.
Ella había arribado tarde, ahora buscaba afanada las llaves en su bolsa.
Aunado a no encontrarlas, detestaba pensar que pasaría la noche sola, en una casa deshabitada.
¿Qué encontraría? Nadie, ni ella misma lo sospechaba.
Por fin, ahí estaban las llaves. Batalló para encontrar la indicada para abrir la puerta de la cocina, siempre entraba por ahí. Además, la maleza (pasto crecido enormemente) impediría cualquier intento para accesar por la puerta principal.
Al abrir la puerta, el olor a encerrado y un calor sofocante se sentía por todas partes.
Lo primero que hizo al entrar fue prender todas las luces, eso le daba seguridad.
Se instaló en el cuarto del fondo, odiaba quedarse en el que le había pertenecido anteriormente, por encontrarse con demasiadas camas, de las cuales solo ocuparía una para esa noche, además le apanicaba el vestidor con el domo.
Después de prender las luces dió un vistazo por aquí y por allá, abrió las puertas de los closets para cerciorarse que no hubiera nadie, cerrando todas las puertas a su paso. Ahora sí, podría disponerse para descansar. De su maleta sacó su ropa de dormir. Entró al baño del pasillo y fue cuando ocurrió: ahí estaba, paciente, esperando tenerla en su forma más vulnerable para atacar.
Se colocó ante los pies descalzos y la mirada atónita de la mujer no dejaba de observar todos sus movimientos. Había revisado todo y olvidó checar el baño, cómo pude ser tan ciega, se recriminaba interiormente.
Tenía que mantener la calma y pensar en la manera de escapar de esa asquerosa cucaracha que la acechaba, aprovechándose de sus pies descalzos...
Se armó de valor y con un pedazo de papel en la mano la estrujo hasta que su ser tronó de manera escandalosa en medio de la noche.

4 comments:

Berenice Mares said...

jaja que manera de narrar todos esos miedos (la soledad, la obscuridad y la cucaracha)pero aparte que asco con la mano... jamas se me hubiera ocurrido.

Espero que te la hayas pasado bien en Qro.

Hilda said...

que asco!!! hubiera corrido por el zapato o algo con que matarla!! con la mano o el pie descalzo nunca!!! ni aún con papel en la mano!!
son tan asquerosas, y como bien dices, están ahí esperando que estés vulnerable para atacar!! a mí una vez se subió una a mi cama y bailó en mi brazo en la noche!! casi me vomito!!!

saluditos asqueados. Hilda

AleMamá said...

¿Con la mano? ¿TODO lo que se llama MANO? WÁCATELA REWÁCATELA! y sí. estalla su exoesqueleto con un ruido inconfundible....¡wac!

Besos, buen relato, wac-wac

maria jesus said...

Estremecedor relato, de un realismo brutal, hasta me ha parecido oir el chasquido de la cucaracha al despanzurrarse. !Que asco de bichos!