Sentadas en una banca se disponían a escuchar misa devotamente.
La Iglesia estaba a reventar. Llegó una señora y les pidió que le apartaran su lugar en lo que ella iba a buscar a su hijo. Ellos cumplieron fielmente el compromiso adquirido, defendiendo el lugar a capa y espada. Regresó la señora con el niño y agradeció amablemente.
Al momento de la comunión, se levantaron para comulgar.
Al regresar, cual sería su sorpresa al ver la banca ocupada por el esposo, la hermana, el hijo y la señora quienes habian agandallado los lugares.
4 comments:
Como decimos acá: ¡qué tal raza!
híjole!! que cosas!!! pedir pero no dar!!
jajaja, ¡qué gandallas!
soy de madrid, en españa y me pierdo un poco en las palabras como lo de gandallas¡¡¡
pero me parto de la risa imaginando a la narradora y su amiga al volver¡¡¡ jjajajjajaja
parece una escena de mafalda¡¡¡ ajajjajajaja
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