Jun 28, 2009

Un inicio



Ella llegó de invitada de la invitada del invitado. El se fue temprano.
Ella no solía confiarse de los gustos ajenos, en la calle de Orizaba, pidió exactamente lo mismo: michelada con mucho jugo de limón, un café latte. No se arrepintió.
En las calles de satélite, ella manejó su coche. Al final él ya no iba sujeto como gato a la puerta, se mostraba confiado. El olvidó la cartera, a ella no le importó. Ella lo llevó a lugares lejanos, él hizo toda una travesía de vuelta a su hogar.
Desde el principio se dieron buena espina, por eso la confianza surge espontanea, natural.
Así nacen las grandes historias, la buenas aventuras, en los círculos de punto de reunión para los momentos de emergencia sísmica.
(Continuará...)

4 comments:

Marta said...

Así nacen las grandes historias.

Sinergias.

Ahora pienso en una en concreto. Se parece un poco a la que cuentas. Y ojalá salga bien.

Anonymous said...

mucha suerte y que esa historia tenga un muy buen final feliz! saludos

zocadiz said...

Martha, sí estas historias son las mejores. :D

Anonimo, ya veremos que sucede.

Gabriela said...

También espero que ojalá salga todo bien. Lo malo es tener que esperar la continuación.
Saludos.