Arribó a un mundo desconocido.
Nunca había tenido tanto miedo como aquel día, su ser entero temblaba.
Ante estas situaciones siempre le tranquilizaba platicar, pero al intentar entablar algún diálogo, inmediatamente la detuvieron en seco. Se percató de la diferencia de lenguaje y términos.
Caras nuevas e inquisidoras la seguían, parecían estar esperando que trastabillara para encajar sus filosos colmillos. No se imaginaba lo que le esperaba. Un sudor frío recorría sus entrañas.
Largas horas pasó intentando descifrar múltiples cuestiones sobre aquel grupo de seres.
¿Dónde se encontraba? ¿Cómo había llegado?
Bien se lo decía aquella santa y buena viejecita: La curiosidad mató al gato,
y ella moriría sabiéndolo.
6 comments:
¿Dónde se encontraba? ¿Cómo había llegado? Estas dos preguntas salen en el fragmento que nos muestras. Las señalo porque me impresiona
que todo el mundo quiera saber las respuestas inmediatas a estas preguntas en situaciones de miedo.
¿ Y el resto del tiempo no son importantes? Pues claro....es lo que nos hace ser hombres, esa pregunta de deseo de conocimiento.
Una entrada llena de significado.Gracias
Rocío
Rocio,
Es cierto...hay preguntas que solo las hacemos en casos extremos pero que deberiamos realizarlas mas a menudo.
:)Gracias por leer.
Qué escalofríos... se transmite esa sensación de desamparo, donde todos saben qué hacer y cómo actuar. Todos menos uno mismo.
Saludos.
gabriela, exacto!! esa era la sensación del personaje.nos leemos
Querida Zocadiz:
Personalmente me ha trasladado a un sueño terrible, de esas pesadillas que se viven plenamente y despiertas en la cima del miedo, aún sin saber ni dónde estás ni si es sueño o realidad.
Un abrazo
es una buena frase esa del gato la verdad..
Post a Comment