Que poco te comprendía - perdón.
Cuánto me enorgullecía de ser la más comprensiva - me arrepiento.
Qué sola te deje cuando más lo necesitabas, cuando, con los puños morados y las ganas de morir o matar me gritabas en silencio y no me dí cuenta - discúlpame.
Por haberte juzgado, por haberme alejado, por estar distraída, por no haber estado más abierta, por no mantenerme cerca, por tanto, soy responsable.
Tendría que haber llorado, gritado, empujado, reído, matado, platicado, contigo. En lugar de eso, te dejé sola; te oía pero no te escuchaba, te veía pero no te miraba, te tocaba pero no te sentía...que alejada de la realidad estaba.
Acaso es que, ¿la comprensión únicamente se genera cuando se vive en carne propia lo mismo?
Hoy, 10 años después, puedo decir: te comprendo. ¿Aún sirve? No lo sé, por haberme tardado, perdóname.
Puedo decir con certeza que lo único que comprendo es que son las 7 am de un domingo, estoy más amargada que ayer y cada día lo intento menos porque cada vez me importa menos.
Concluyo entonces, la unica comprensión posible viene de nosotros mismos y probablemente de Dios, si eres suertudo.