El dió clases de manejo a sus 6 hijos.
Para cada quien tuvo un método pedagógico distinto:
1. Para la racional aplicó metáforas: "Sacar el clutch es como cuando embarras mantequilla en un pan." Yo, que escuchaba la lección, no la entendí en ese momento pero después lo deduje: un solo movimiento, continuo, sin pausas pero sin prisas porque si no se rompe el pan, igual pasa con el clutch. A la que aprendía a manejar le sirvió, arrancó la camioneta sin jaloneos.
2. El era nervioso. La primera lección la tomaron en una de las avenidas más transitadas de la zona. Esto para que se le quite el nervio.
3. Para las aprehensivas, empleó dosis pequeñas pero diarias de manejo.
4. Ella era nerviosa, aprehensiva e impaciente. A ella le tocaron un par de jalón de orejas, algunos golpes en el tablero y algunos gritos de "Frena".
5. Para la temerosa, que recuerdo afirmaba: jamás usaré un coche, me moveré siempre en bicicleta. Ahí aplico la de obligarla, no quedaba de otra. Pero dejaba que se equivocara y luego corregía como cuando no frenaba en los topes para no cambiar de velocidad.
6. La última de sus hijas manejó a los 15 años un tramo de la carretera de méxico-querétaro. Supongo que por ser de las últimas, él tenía mucha experiencia enseñando y afirmaba, a manejar uno se enseña manejando.
Así las cosas, llevo manejando 13 años de mi vida con un historial limpísimo en cuanto choques que no multas.
Manejar es básico. Es otra de las muchas cosas que les agradezco.
